Imagen del avión Cessna 320-F Executive Skynight EC-CDR antes del accidente
(Fotos: avión F. Andreu ex-comandante
línea aérea – Foto N. Parera vía Ricard Miguel Vidal)
Hoy traemos a la memoria la pérdida de un gran amigo, Narciso Parera,
destacado mecánico de aviones y brillante piloto de pruebas, muy conocido por
todo el colectivo de la aviación general española y más directamente de la
catalana.
Cuantos tuvimos la fortuna de conocerle y trabajar a su lado,
descubrimos muy pronto que detrás de su vigorosa personalidad y carácter, encerraba
grandes virtudes humanas tales como su absoluta sencillez, una negación
egoísta, y entrega por encima de todo a su trabajo profesional, dejando una ancha y fructífera huella de
trabajo bien hecho, junto a una dedicación hacia los demás excepcional.
Un monolito a su persona, perpetua su recuerdo a la entrada principal
del edificio social del Aeroclub Barcelona-Sabadell.
El desgraciado accidente que le costó la vida, se produjo en el
aeródromo de Sabadell el 6 de marzo de 1986, durante la fase de aterrizaje en
la que el piloto del avión bimotor Cessna 320-F Executive Skynight EC-CDR, erró
dicha maniobra precipitándose la aeronave por un terraplén de seis metros al
final de la pista 13, quedando en posición invertida, causando lesiones de
carácter reservado al piloto y menos graves para el tercer tripulante técnico
de aviónica.
Reproduzco a continuación unas nostálgicas líneas que dediqué hace 28
años al amigo Parera, fruto de mi recuerdo, gratitud y estima hacia su persona:
Solo el
cielo conoce las verdaderas razones que le indujeron a reclamarte en tu último
vuelo de prueba.
Todo estaba
tan minuciosamente dispuesto, que nada ni nadie, pudo evitar nos fuera arrebatada
para siempre tu generosidad, tu donación hacia los demás, y tu profundo
conocimiento sobre tus queridos aviones a los que tanto mimabas.
Precisamente
ellos son los que más te lloran, pues
tras someterlos a las más duras pruebas en tierra, esperaban ansiosos
las caricias que más tarde les propiciabas en el aire, como demostración de la
confianza y respeto mutuo que te dispensaban.
Es por ello,
que incluso el avión que contigo emprendió su último vuelo, quiso rendirte su
póstumo homenaje al no registrar ningún fallo, dejando sus motores intactos con sus hélices a punto de emprender
otra vez el vuelo, para transportar de nuevo tu ser al cielo, destino final del
viaje donde solo llegan los escogidos.
Narciso
Parera, ¡¡ feliz vuelo !!
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