miércoles, 8 de enero de 2014

1939 LA SUERTE NO ABANDONÓ AL PILOTO JUAN RAMONEDA


1939 LA SUERTE NO ABANDONÓ AL PILOTO JUAN RAMONEDA
(Foto: Archivo ADAR)

La guerra tocaba a su fin. A medida que las tropas nacionales ocupaban Catalunya, el Estado Mayor Republicano ordenó a sus pilotos se dirigieran a los aeródromos más cercanos a la frontera tales como: Banyoles, Celrá, Figueras y Vilajuïga, (Girona)  en previsión a su posible retirada a Francia.

Los días 4 y 5 de febrero de 1939, la Aviación del bando nacional con apoyo de los bombarderos italianos Savoia y los cazas Messerschmitt Me-109 alemanes, bombardearon y ametrallaron con insistencia todos estos aeródromos destruyendo en tierra el grueso de los aparatos de la ya maltrecha Aviación republicana, junto a instalaciones, camiones y cubas de gasolina.

Desde el campo de Vilajuïga, despegan tres cazas I-16 Policarpov “Mosca” en dirección a Francia abandonando el último refugio republicano en la zona catalana. Uno de sus pilotos es el catalán Juan Ramoneda Viladarga de 23 años, componente de la Primera Escuadrilla de I-16 “Mosca” que junto a sus compañeros ponen rumbo al aeródromo militar de Francazal en Toulouse, sin embargo, al llegar a  la vertical del mismo, un cielo cubierto de densas nubes les obliga a elegir como nuevo destino el aeródromo de la ciudad portuaria de Burdeos.

Al sobrevolar la pequeña población de Illats próxima a Burdeos, el motor del I-16 de Ramoneda, tras una serie de falsas explosiones, se para definitivamente por falta de combustible sobre una zona de bosques, donde el piloto no puede divisar un solo campo de emergencia. A medida que va perdiendo altura, ve dos pequeños prados en medio de la zona forestal donde intentará efectuar su toma de tierra, pese a su pericia, no logra posar la barriga del avión en dicha franja de terreno sobrepasando la misma sin poder evitar la colisión contra los árboles - por suerte que el motor pasa por el centro de los mismos - recibiendo el impacto especialmente con el plano derecho del avión lo que origina un fuerte giro golpeando la cola contra otro árbol amputando el fuselaje por detrás del asiento, como puede verse en la imagen escalofriante que ilustra este trabajo. Del amasijo de hierros el piloto salió afortunadamente con pequeñas magulladuras.

La bicicleta que aparece a la derecha de la imagen junto a un árbol,  era de un gendarme que acudió al lugar del suceso. Más tarde, llegó otro francés que le ofreció un cigarrillo, manifestándole que el avión había matado a su perro en su carrera desenfrenada.

Juan Ramoneda Vilardaga falleció en Barcelona en 2005 a la edad de 89 años.
Los datos han sido extraídos de un escrito que el propio piloto me hizo llegar con fecha 13 de marzo de 1977, en el que me comentaba detalladamente este aparatoso accidente.

En el año 2010 el Centre de Recerca i Documentació Aviació Republicana i Guerra Civil y Lectio Ediciones, publicó el libro titulado MUERA LA MUERTE, que recoge las memorias de guerra de este aviador.

VER EN ESTE BLOG, PERFIL HISTÓRICO DEL AVIÓN I-16 “MOSCA” en el siguiente enlace:

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